Análisis de la evolución de emprendimientos sostenibles en Latinoamérica

 

Analysis of the evolution of sustainable enterprises in Latin America

 

https://doi.org/10.47606/ACVEN/PH0287  

 

 

Carlos Andrés Murillo Barrera1*
https://orcid.org/0000-0002-0693-9903  
cmurillob@unemi.edu.ec 

 

Janneth Marianella Aguiño Mendoza1
https://orcid.org/0000-0003-4764-2521    
jaguinom@unemi.edu.ec 

 

 Juan Tarquino Calderón Cisneros1
https://orcid.org/0000-0002-8167-8694  
jucalderon@ecotec.edu.ec 

 

 

Recibido: 21/07/2024                                                        Aceptado: 10/09/2024

 

RESUMEN

 

El objetivo del presente artículo es analizar la evolución de los emprendimientos sostenibles en Latinoamérica, un tema de creciente relevancia en el contexto tanto económico como social de la región. Dentro de los últimos años, los emprendimientos que integran prácticas sostenibles han ganado protagonismo, reflejando una tendencia hacia modelos de negocio que no solo buscan rentabilidad, sino también un efecto favorable en el entorno natural y la comunidad. Este análisis examina los factores que han impulsado esta evolución, incluyendo políticas gubernamentales, acceso a financiamiento verde, y la creciente conciencia ambiental entre consumidores y empresarios. Además, se identifican los desafíos y oportunidades que enfrentan estos emprendimientos, y se evalúa su aporte al crecimiento económico sostenible de la región. A través de un enfoque integral, el artículo proporciona una visión detallada de cómo los emprendimientos sostenibles están transformando el panorama empresarial en Latinoamérica.

 

Palabras       clave:       Emprendimientos,      evolución,      conciencia ambiental, Latinoamérica. 

___________

        1.     Universidad Estatal de Milagro  (UNEMI), Ecuador 

            Autor de correspondencia: cmurillob@unemi.edu.ec 

 

 

                                                               ABSTRACT                            

 

The purpose of this article is to analyze the evolution of sustainable ventures in Latin America, a topic of growing relevance in the economic and social context of the region. In recent years, ventures that integrate sustainable practices have gained prominence, reflecting a trend towards business models that not only seek profitability, but also a positive impact on the environment and society. This analysis examines the factors that have driven this evolution, including government policies, access to green financing, and growing environmental awareness among consumers and entrepreneurs. In addition, it identifies the challenges and opportunities facing these ventures, and assesses their contribution to sustainable economic development in the region. Through a comprehensive approach, the article provides a detailed overview of how sustainable ventures are transforming the business landscape in Latin America.

 

Keywords: Entrepreneurship, evolution, environmental awareness, Latin America.

 

INTRODUCCIÓN

 

El emprendimiento cumple una función clave en el impulso del desarrollo económico de Latinoamérica, impulsando la innovación y generando nuevas oportunidades de empleo. En un contexto marcado por desafíos económicos y sociales, los emprendedores actúan como motores de desarrollo, fomentando la diversificación de mercados y la competitividad. Las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) constituyen una parte importante de la economía local, contribuyendo considerablemente al PIB y al empleo. A medida que los gobiernos y las instituciones privadas promueven políticas de apoyo y programas de capacitación, se espera que el emprendimiento continúe siendo un catalizador clave para el desarrollo continuo y la disminución de la desigualdad en la zona. Como lo indica (Toma & Grigorea, 2014), la iniciativa empresarial y el desarrollo económico “se han interconectado fuertemente”, sin embargo, esta relación aún está lejos de considerarse clara (Carree, Van Stel, & Thurik, 2007).

 

El PIB es el indicador más significativo del crecimiento económico (Henderson & Storeygard, 2012). El Producto Interno Bruto (PIB) representa el valor agregado de todos los bienes y servicios generados en una economía. Este indicador proporciona una visión integral de la salud económica, permitiendo evaluar el rendimiento y la capacidad productiva de una nación. Un incremento en el PIB suele indicar una expansión económica, una mayor generación de empleo y una mejora en la calidad de vida de la población. Por otro lado, una disminución puede indicar una recesión y problemas económicos. Al ser un parámetro cuantificable y ampliamente aceptado, el PIB facilita comparaciones entre diferentes economías y el análisis de tendencias a lo largo del tiempo. Sin embargo, es importante considerar que el PIB no abarca todas las dimensiones del bienestar económico, como la distribución de la riqueza y el impacto ambiental.

La relación entre el PIB y los emprendimientos sostenibles es significativa y bidireccional. Los emprendimientos sostenibles, que integran prácticas económicas, sociales y ambientales responsables, contribuyen al crecimiento del PIB de diversas maneras. Primero, al fomentar la innovación y la eficiencia en el uso de recursos, estos emprendimientos pueden generar productos y servicios competitivos que impulsan la productividad y el crecimiento económico. Además, crean empleos verdes y promueven el desarrollo de habilidades en sectores emergentes, lo que amplía la base económica y diversifica las fuentes de ingresos.

 

Los emprendimientos sostenibles contribuyen al crecimiento del PIB mediante la creación de valor económico responsable, y un PIB creciente puede apoyar y fortalecer el ecosistema de emprendimientos sostenibles, generando un ciclo virtuoso de desarrollo económico. El emprendimiento (“entrepreneurship”) es pues, el “proceso llevado a cabo por un individuo para crear algo nuevo que agregue valor, asignando el tiempo y el esfuerzo necesarios, asumiendo los riesgos financieros, sociales y sicológicos asociados, y recibiendo la recompensa resultante en términos monetarios, de satisfacción personal y de independencia” (Hisrich, 2006).

 

Aunque la actividad emprendedora es crucial, para lograr un impacto considerable en la economía, es necesario garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los emprendimientos y, por lo tanto, la generación de valor. Sin embargo, en la práctica, se observa que una gran proporción de estas empresas no logra sobrevivir a corto plazo. De esta manera, el análisis sobre la supervivencia de las empresas establecidas en Antioquia entre 2000 y 2012 revela que, al término de este período de 12 años, únicamente el 52% de las empresas permanecían operativas. (Antioquia, 2013)

 

Asimismo, un análisis promedio acumulado sobre la mortalidad de las empresas fundadas entre 2000 y 2012 permite concluir que, tras tres años de funcionamiento, el 26,73% de las empresas cierran; Después de siete años, este porcentaje asciende al 40,41%, ya los doce años, el 48,14% han desaparecido. Entre los factores que contribuyen a esta mortalidad se identifican el bajo perfil del emprendedor, la falta de planificación estratégica y de mercado, la intensa competencia, una deficiente planificación financiera y la escasa generación de valor agregado. Además, se encontró evidencia significativa que relaciona la supervivencia con variables como el tamaño de la empresa y el sector económico en el que opera. (Antioquia, 2013).

 

Al respecto, (Kantis, 2012), indica que, en los países de América Latina, las condiciones sistémicas para el emprendimiento son menos favorables que en las naciones desarrolladas. Esto se debe a varios factores que afectan negativamente el entorno empresarial, como la burocracia, la falta de acceso a financiamiento, y la inestabilidad económica. 

Mientras que en las economías avanzadas existen mejores infraestructuras, políticas de apoyo y recursos disponibles para los emprendedores, en América Latina estos elementos son escasos o inadecuados. Además, los desafíos sociales y educativos limitan el desarrollo de habilidades emprendedoras.

 

En este contexto, resulta notable que, a pesar de todos estos factores en contra del emprendimiento, las personas se arriesguen a llevar a cabo iniciativas de negocio. Esto se debe a la necesidad económica que afrontar, impulsada por las condiciones del entorno, la falta de empleo y la necesidad de generar ingresos para su subsistencia. Esta situación les motiva a aprovechar las oportunidades en el momento adecuado, aunque no les asegure el éxito, todo con el objetivo de lograr una estabilidad económica (Vainrub, 2014). Este enfoque se basa en la necesidad de tomar decisiones estratégicas que pueden proporcionar beneficios financieros, pero también conlleva riesgos inherentes. La búsqueda de estabilidad económica lleva a las personas a estar atentas a las oportunidades emergentes y a actuar rápidamente, con la esperanza de mejorar su situación financiera. Sin embargo, es importante reconocer que, aunque la oportunidad puede ser aprovechada, el éxito no está garantizado, ya que muchos factores externos pueden influir en el resultado final. 

 

METODOLOGÍA

 

La metodología empleada en este artículo es de tipo descriptiva-documental. Se llevó a cabo una revisión exhaustiva de fuentes bibliográficas para reunir la información necesaria. Este enfoque permitió analizar y describir detalladamente los fenómenos estudiados, basándose en datos obtenidos de libros, artículos académicos, informes y otros documentos relevantes. La recopilación de estas fuentes bibliográficas ha facilitado una comprensión profunda del tema. 

 

RESULTADOS

 

“La teoría del emprendimiento se enfocaba en establecer al emprendedor como un individuo con capacidad para innovar y combinar estrategias de desarrollo” (Schumpeter, 2018). Así, promover el emprendimiento dinámico como una de las estrategias para impulsar el desarrollo de los países de la región requiere la implementación de políticas que puedan transformar las condiciones sistémicas para lograrlo.

 

En su análisis, destacan que el entorno para iniciar y desarrollar negocios en América Latina enfrenta más obstáculos y limitaciones. Factores como la burocracia excesiva, la falta de acceso a financiamiento adecuado, y las fluctuaciones económicas contribuyen a un ambiente menos propicio para los emprendedores. Además, mencionan que las infraestructuras y políticas de apoyo en estos países son insuficientes o ineficaces, lo que contrasta con el apoyo robusto y los recursos disponibles en las economías más avanzadas. 

Estas diferencias sistémicas generan un panorama en el que los emprendedores latinoamericanos deben superar barreras adicionales que sus homólogos en países desarrollados no enfrentan en la misma medida. De hecho, los informes del comité tripartito formado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL/OCDE, 2012), muestran que el emprendimiento sostenible , a través de micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME), desempeñan un papel económico significativo en el desarrollo y crecimiento de América Latina, ya que constituyen más del 90% del total de empresas en la región. Estas empresas son motores de crecimiento económico porque diversifican la economía y reducen la dependencia de grandes corporaciones. Además, al estar más conectadas con las comunidades locales, las MIPYME contribuyen significativamente al desarrollo regional, mejorando la calidad de vida y reduciendo la pobreza. Su capacidad de adaptación les permite ajustarse rápidamente a las demandas del mercado y las tendencias emergentes, lo que las convierte en impulso.

 

El emprendimiento sostenible en el ámbito de las MIPYME también abarca prácticas empresariales responsables que toman en cuenta el impacto ambiental y social. Este enfoque no solo ayuda a proteger el medio ambiente y a promover la equidad social, sino que también puede mejorar la competitividad y la reputación de las empresas, atrayendo a consumidores conscientes y responsables. Son actores clave en la economía debido a su capacidad para impulsar el crecimiento sostenible, generar empleo y promover la innovación, mientras contribuyen al desarrollo económico y social de sus comunidades.

 

Se pueden identificar tres grupos de países categorizados de acuerdo con la relación entre el tamaño de sus economías y los sectores predominantes. El primer grupo está compuesto por países más grandes con estructuras industriales avanzadas, como Brasil, México y Argentina. En estos países, las pymes operan principalmente en sectores como alimentos, textiles y confección, productos químicos y plásticos, así como metalmecánica, debido a la alta demanda en estas áreas. Por otro lado, en naciones con economías de tamaño medio, como Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, las industrias predominan entre las pymes son las alimenticias y químicas. A diferencia del grupo de economías más grandes, la producción metalmecánica es menos común en estos países. Esto se debe a la limitada innovación e inversión en este sector, lo que limita su crecimiento en el sector de las pequeñas y medianas empresas.

 

La producción de las mipymes se dirige principalmente al mercado interno, y su rendimiento está significativamente afectado por las condiciones macroeconómicas (Peres & Stumpo., 2002). Por este motivo, las situaciones de inestabilidad macroeconómica y la disminución del PIB impactan considerablemente tanto el nivel de producción como el empleo en estas empresas. 

Si el Producto Interno Bruto (PIB) de un país sufre una disminución, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) pueden enfrentar numerosos desafíos importantes:

 

-   Reducción de la demanda: A medida que la economía retrocede, tanto los consumidores como las empresas gastan menos. Como resultado, la demanda de productos y servicios ofrecidos por las mipymes disminuye, afectando seriamente sus ventas y rentabilidad.

-   Dificultad de financiamiento: Durante una recesión, los bancos y otras instituciones financieras tienden a ser más cautelosos al otorgar préstamos. Esto puede dificultar que las mipymes obtengan los fondos que necesitan para mantenerse a flote o expandirse.

-   Problemas de flujo de efectivo: La reducción de las ventas y el acceso limitado al crédito pueden crear graves problemas de flujo de efectivo, lo que dificulta que las empresas paguen a sus empleados, proveedores y otros gastos operativos.

-   Incremento en la competencia: La caída del PIB suele crear un entorno más competitivo, en el que muchas empresas luchan por captar una porción de mercado. Las mipymes suelen tener recursos más limitados y les puede resultar más difícil mantener su posición en el mercado frente a competidores más grandes o mejor financiados.

-   Reducción de empleo: Las mipymes son importantes generadoras de empleo. Si se ven obligados a reducir la producción o cerrar debido a una recesión económica, esto podría provocar despidos y un aumento del desempleo, empeorando aún más las condiciones económicas del país.

 

Según Ruback (Ruback, 2020), en la economía global ya se han registrado más de 28 millones de pequeñas empresas en crecimiento, las cuales tienen un impacto significativo en países y regiones al generar empleo y medios de vida para poblaciones vulnerables. Además, se estima que un tercio de estas empresas son de propiedad femenina. La importancia de estos datos radica en que hay regiones donde el ritmo de creación de empresas dirigidas por mujeres es incluso superior al de los hombres (Ojeda, Mul, & y Saavedra, 2019). Asimismo, las mujeres empresarias tienden a reinvertir sus ganancias en la salud y educación de sus familias, lo que asegura un capital humano que fomentará el crecimiento económico futuro (Carranza & y Saavedra, 2017), y será capaz de generar un cambio social (Alkhaled & & Berglund, 2018). Las empresas lideradas por mujeres contribuyen significativamente a las economías globales. Generan empleo, fomentan la diversidad en el lugar de trabajo y suelen enfocarse en la sostenibilidad y la responsabilidad social.

 

 Algunos estudios sugieren que las empresas con mujeres en posiciones de liderazgo a menudo experimentan mejores resultados financieros. En diferentes regiones del mundo, el emprendimiento femenino se manifiesta de diversas maneras. 

En los países en desarrollo, muchas mujeres se vuelven empresarias por necesidad, mientras que, en las economías desarrolladas, a menudo es por oportunidad. En ambos casos, ellas juegan un papel fundamental en la innovación y la diversidad. En relación a lo mencionado, (Paredes, Leal, & y Saavedra, 2019), indicaron que las mujeres emprendedoras son impulsadas por factores de empuje, es decir, por la necesidad de garantizar la supervivencia familiar, más que por la búsqueda de oportunidades en el mercado. Los motivos mencionados incluyen el apoyo al ingreso familiar, la necesidad económica y la búsqueda de un equilibrio entre el trabajo y la familia. Esto coincide con lo señalado por (Akehurst, Simarro, & & Mas, 2012), quienes afirman que en las mujeres prevalece una motivación intrínseca significativa, que las lleva a buscar un trabajo flexible que les permita combinar su vida laboral con las responsabilidades del hogar y la familia.

 

Varias motivaciones impulsan a las mujeres a emprender, cada una reflejando tanto aspiraciones personales como respuestas a circunstancias socioeconómicas. Una de las principales razones es la búsqueda de independencia financiera, permitiendo a las mujeres tener control sobre sus ingresos y decisiones económicas. Además, el emprendimiento proporciona flexibilidad, lo que facilita el equilibrio entre la vida laboral y la familiar, aspecto especialmente valorado por aquellas que buscan balancear sus roles como madres y profesionales. Otra motivación clave es la oportunidad de seguir pasiones personales y materializar ideas creativas, convirtiendo hobbies o intereses en negocios rentables. En contextos de limitadas oportunidades laborales, el emprendimiento emerge también como una necesidad, donde iniciar un negocio propio se convierte en la alternativa más viable para el sustento. Además, muchas mujeres se sienten motivadas por el deseo de impactar y contribuir a sus comunidades, utilizando sus empresas para fomentar cambios sociales positivos y empoderar a otras mujeres.

 

Es así que  (Moya, Ribes, & & Pantoja, 2019) y  (Horne, Recker, Michelfelder, Jay, & & Kratzer, 2020) afirman que los emprendedores representan la parte visible del iceberg, ya que se alimentan de información y conocimiento para contribuir a la transformación y, desde hace más de diez años, han estado ofreciendo soluciones sostenibles. Los emprendedores representan una parte visible y crucial de la economía, actuando como catalizadores de la transformación social y económica. Durante más de una década, han jugado un papel fundamental respondiendo a necesidades globales y locales. 

 

Estos innovadores aprovechan extensamente la información y el conocimiento acumulado para diseñar y ofrecer productos y servicios que no solo buscan el éxito comercial, sino que también se alinean con los principios de sostenibilidad. Al hacerlo, no solo contribuyen al crecimiento económico, sino que también abordan problemas ambientales y sociales, ofreciendo alternativas que favorecen el bienestar de las comunidades y el planeta. En esencia, los emprendedores son elementos clave en la búsqueda de un futuro más resiliente y equitativo, destacando su importancia en la dinámica global de innovación y cambio.

El emprendimiento social (ES) forma parte del sistema de apoyo para el desarrollo sostenible (Chen, Chen, Chen, & & Xie, 2018) y considera aspectos como la previsión, el conocimiento, la creatividad, las alianzas y la innovación tanto organizacional como social. (Pla & & Guevara, 2019). El ES se enfoca en aprovechar oportunidades mediante innovaciones exitosas (Arru, 2019); (Volkmann,

Fichter, Klofsten, & & Audretsch, 2019), fomentando un espíritu emprendedor (Filser, Kraus, Roig, Kailer, & & Fischer, 2019), ya sea con multas de lucro o sin ellos (Wang, Yuen, Wong, & & Li, 2020). Estos emprendimientos son capaces de abordar problemas que el mercado no resuelve (Matzembacher, Raudsaar, de Barcellos, & & Mets, 2019), como los relacionados con el entorno natural y/o la comunidad (Shepherd & & Patzelt, 2011), y contribuyente al bienestar de las futuras generaciones (Majid & Koe, 2012), mediante la promoción de valores de sostenibilidad (Leiserowitz, Kates, & Parris, 2006).

 

Esta capacidad de identificar lagunas y necesidades insatisfechas es fundamental para el desarrollo de nuevas empresas y soluciones innovadoras. Los emprendedores, al observar estas oportunidades, se lanzan a crear productos o servicios que respondan de manera efectiva a las demandas menos atendidas de los consumidores. Este proceso no solo implica una gran creatividad e innovación, sino también una profunda comprensión de las dinámicas del mercado y las necesidades del consumidor. En última instancia, el emprendimiento enriquece el mercado con nuevas ideas y soluciones que pueden provocar transformaciones importantes en nuestra manera de vivir y trabajar, propiciando un ciclo continuo de mejora y adaptación que beneficia tanto a la sociedad como a la economía en general.

 

CONCLUSIONES

La evolución de los emprendimientos sostenibles en Latinoamérica refleja un cambio fundamental en los modelos de negocios que buscan no sólo la rentabilidad financiera, sino también el bienestar social y ambiental. En los últimos años, hemos observado un aumento en la conciencia y la adopción de prácticas sostenibles en toda la región. Tanto las empresas emergentes como las consolidadas están implementando estrategias que fomentan el uso eficiente de los recursos, disminuyen el impacto ambiental negativo y promueven la inclusión social. Esta tendencia es impulsada por diversos factores, como una mayor presión regulatoria, la demanda de los consumidores por productos y servicios más ecológicos y éticos, así como un reconocimiento creciente del papel de las empresas en la solución de problemas globales, como el cambio climático y la desigualdad social.

Además, un mayor respaldo por parte de las instituciones gubernamentales, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado brinda a los emprendedores las herramientas y recursos esenciales para incorporar la sostenibilidad. Sin embargo, a pesar de estos logros, persisten desafíos, como la necesidad de invertir más en tecnologías innovadoras y sostenibles y de superar barreras culturales y estructurales que limitan la adopción de prácticas sostenibles. 

En conclusión, el futuro de los negocios en América Latina parece prometedor en términos de sostenibilidad. A medida que más empresas adopten esta práctica, se espera que la región no sólo se vuelva más competitiva a escala global, sino que también ayude de manera más efectiva a resolver problemas ambientales y sociales apremiantes.

 

REFERENCIAS

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